Friday, August 19, 2011

World Cup 1982 Brazil USSR

June 14, 1982
First Round
Group VI
Estadio Ramon Sanchez Pizjuan,
Sevilla

Un 14 de junio de 1982, hace 29 años, la Copa del Mundo aterrizaba en Sevilla.
El  partido en del grupo 6 del Mundial España 82 entre las selecciones nacionales de Brasil y la Unión Soviética.

La selección de Brasil de los Toninho Cerezo, Junior, Falçao,  Zico, Eder, Socrates, etc... Un auténtico equipazo!Su oponente iba a ser la U.R.S.S., la única selección perteneciente al grupo sexto que podía plantar cara a la “canarinha”. Con las otras dos selecciones que conformaban aquel grupo, Escocia y Nueva Zelanda, Brasil no hizo sino disputar dos “entrenamientos con público”, venciendo en ambos casos por 4-1 y 4-0, respectivamente; en dos partidos que no tuvieron más trascendencia, ni por los rivales de Brasil, ni por el escenario escogido para la celebración de los encuentros.

La Unión Soviética era considerada en aquellos entonces una de las más potentes selecciones del viejo continente, y contaba en sus filas con jugadores de la talla de Blokhin, Shengelia, Gavrilov, Baltacha, Demianenko, o el mismísimo Rinat Dassaiev, que seis años después recalaría en Nervión, en el ocaso ya de su carrera.
El partido, catalogado a priori como el más interesante de la primera fase, cumplió con las expectativas sobradamente. El estadio presentaba un lleno hasta la bandera, 68.000 espectadores según cifras facilitadas por la organización.Con una masiva presencia de aficionados de la "torcida" brasileña que, durante todo el día, habían inundado de color y de música toda Sevilla.Ganó Brasil 2-1. Aunque los soviéticos merecieron mejor resultado, y probablemente podrían haberlo obtenido, de no haber sido por el trío arbitral, compuesto por los españoles Lamo Castillo y sus jueces de línea, Sánchez Arminio y García Carrión.

Lamo Castillo escamoteó dos claros penaltis a la U.R.S.S. además de anular un gol a Shengelia, por un más que dudoso fuera de juego, en las postrimerías del encuentro, ¡ay los árbitros españoles! La calidad de los brasileños puso el resto.
Por Brasil jugaron aquella histórica noche: Valdir Peres; Leandro, Oscar, Luizinho, Junior; Socrates, Falçao, Zico, Dirceu(Paulo Isidoro); Serginho y Eder.


Por la Unión Soviética lo hicieron:
Dassaiev; Sulakvelidze, Chivadze, Baltacha, Demianenko; Bessonov,Gavrilov(Susloparov), Daraselia, Bal; Shengelia(Andreev), y Blokhin.
El encuentro fue vibrante de cabo a rabo. Brasil salió decidida a resolver desde el principio y puso cerco a la meta de Dassaiev. Poco a poco la Unión Soviética se fue sacudiendo el dominio inicial brasileño, gracias a su solidez defensiva y a un gran orden táctico en el centro del campo; además de sus dos fantásticos estiletes atacantes, Shengelia y Blokhin. Los pupilos de Konstantin Beskov se fueron estirando poco a poco, y en una de sus incursiones en campo rival, Bal, en el minuto 33, lanzó un tiro, sin aparente peligro, desde fuera del área, que Valdir Peres, en un error clamoroso no pudo atajar, viendo como el balón se alojaba en el fondo de sus mallas. 0-1 para los soviéticos. Acabó la primera parte y daba la sensación que mucho habría de sufrir Brasil si quería superar a la U.R.S.S.  Comenzó la segunda mitad con los hombres de Tele Santana volcados sobre la portería de Dassaiev. Los suramericanos lo intentaban de todas las maneras, las ocasiones se sucedían, pero el gol no llegaba. Y entonces... Apareció la samba.


Corría el minuto 75 cuando el doctor Socrates condujo el balón en diagonal, desde la izquierda hasta el centro, quebró a dos rivales que le salieron al paso, y lanzó un zambombazo con su pierna diestra, que se coló por la escuadra derecha de Dassaiev, sin que éste nada pudiera hacer, después de tocar el balón en la parte inferior del larguero. Extraordinario gol. 1-1.

La “verdeamarelha” seguía asediando la portería soviética. La U.R.S.S. había bajado enormemente en su rendimiento físico, en gran medida por el enorme calor de la noche sevillana. Aun así la Unión Soviética todavía tuvo fuerzas para contragolpear en un par de ocasiones con mucho peligro. Y entonces fue cuando apareció la triste figura de Lamo Castillo, que pasó por alto un clarísimo penalti por manos de Luizinho, y anuló un gol a Shengelia, en el minuto 86, por un más que discutible fuera de juego.Cuando todo indicaba que el partido acabaría con empate a uno, de nuevo surgió la magia “brasileira”.

El reloj avanzaba inexorable desgranando los minutos. Concretamente se cumplía el minuto 87; cuando Paulo Isidoro, desde la derecha, cedió el balón a Socrates; éste lo dejó pasar, abriéndose de piernas, para que llegara hasta Eder quien, con un toque sutil, se levantó el balón medio metro del suelo, para posteriormente enganchar una bolea espectacular, con la zurda, que entró por la izquierda de un Dassaiev atónito, que sólo pudo hacer la estatua.








 


 
 

 
 

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